(77) La verdad en las Escrituras –II. José Antonio Pagola
–Bueno, a ver si me voy enterando de quién es este Jesús de Nazaret.
–Con el libro de Pagola le va a ser muy difícil. Permítame que le recomiende el Catecismo de la Iglesia Católica.
El nacimiento de Jesús. Pagola, en su «aproximación histórica» a Jesús, nada nos dice acerca de su nacimiento, como si el tema no tuviera importancia o como si la Iglesia no tuviera documentos históricos ciertos sobre el mismo. Él deja a un lado los evangelios de la infancia, pues no los considera información histórica válidad, y se aproxima a Jesús a partir de su bautismo en el Jordán.
«Tanto el evangelio de Mateo como el de Lucas ofrecen en sus dos primeros capítulos un conjunto de relatos en torno a la concepción, nacimiento e infancia de Jesús. Son conocidos tradicionalmente como “evangelios de la infancia”. Ambos ofrecen notables diferencias entre sí en cuanto al contenido, estructura general, redacción literaria y centros de interés. El análisis de los procedimientos literarios utilizados muestra que más que relatos de carácter biográfico son composiciones cristianas elaboradas a la luz de la fe en Cristo resucitado… De ahí que la mayoría de los investigadores sobre Jesús comiencen su estudio a partir del bautismo en el Jordán» (39). Cita a Holzmann, Benoit, Vögtle, Trilling, Rigaux, Laurentin, Muñoz Iglesias y Brown. En seguida vuelvo sobre Laurentin.
Del nacimiento de Jesús no sabemos, pues, nada cierto. No le valen a Pagola los testimonios de Mateo y Lucas, ni le dice nada el prólogo del evangelio de Juan: «el Verbo se hizo carne». Más aún, eliminando los Evangelios de la infancia, suprime la Anunciación del Señor, la Llena-de-gracia, el fiat de la Esclava del Señor, la condición virginal de María, José, Zacarías, Isabel, el Ave María, el Benedictus, el Magnificat y el Nunc dimittis, la Visitación de María, la Natividad de Juan Bautista, la Natividad de Jesús, la Presentación, la matanza de los Inocentes, la Epifanía, los Reyes magos, la huída a Egipto… Fuera. «Composiciones cristianas» postpascuales, sin valor alguno cierto para un historiador científico que estudie a Jesús. Es gravísimo.
Es gravísimo, porque Pagola de este modo elimina el fundamento histórico-bíblico del centro de la fe cristiana: creo en Jesucristo, el Unigénito de Dios, que «nació por obra del Espíritu Santo de María virgen». Esa verdad, esa historia –es una historia, antes de ser una doctrina, la parte central del Credo–, con esas mismas palabras, está tomada precisamente de los Evangelios de la infancia que Pagola desecha (Mt 1,20; Lc 1,34-35). El Catecismo de la Iglesia, por el contrario, cree en la historicidad de esos relatos (496).
El testimonio de René Laurentin. En un artículo sobre el Jesús de Pagola, reproduce Luis Fernando Pérez Bustamente la siguiente declaración de Laurentin, teólogo especializado en mariología:
«Me he pasado medio siglo estudiando los Evangelios de la infancia (Mt 1-2 y Lc 1-2, y el resto). Siempre he entrevisto la riqueza de estos Evangelios, nutridos de todo el A. T. … Y, sin embargo, seguía yo seducido por la actitud iconoclasta cultural del ambiente, una actitud procedente del racionalismo liberal: estos primeros capítulos eran leyendas tardías, theologumena, es decir, relatos ficticios fabricados para expresar ideas teológicas entrañables a los creyentes, se repetía. Mis primeros trabajos, que manifestaban la riqueza bíblica de estos Evangelios, consiguieron una amplia estima en el mundo exegético a escala ecuménica. Caracterizaba yo estos Evangelios como midrashim. De ahí se inducía que yo los tenía por fábulas, lo que se ponía en mi activo de progresista. De hecho, yo no me atrevía demasiado a plantear el problema de la historicidad, ampliamente puesto en duda… Fue en 1980 cuando me atreví a abordar el estudio específicamente histórico de estos Evangelios. Con él se disiparon las dudas nocivas… Este retorno a la evidencia ha sido un perjuicio para mi reputación. Me encontré etiquetado de fundamentalista: como autor a desaconsejar».
Desde hace treinta años, Laurentin no apoya la descalificación histórica de los Evangelios de la infancia, sino todo lo contrario.
La Virgen María. Pagola, en las ocho primeras ediciones de su libro sobre Jesús, niega la virginidad de María. «Los evangelios nos informan de que Jesús tiene cuatro hermanos que se llaman Santiago, José, Judas y Simón, y también algunas hermanas»… Y añade en nota: «Meier, tal vez el investigador católico de mayor prestigio en estos momentos, después de un estudio exhaustivo concluye que “la opinión más probable es que los hermanos y hermanas de Jesús lo fueron realmente”» (43).
En la edición 9ª, vuelve a citar «los estudios de Meier y otros exegetas», que descartan hoy la interpretación más divulgada hasta nuestros días, que habla de «primos o parientes cercanos». Pero añade: «Estas conclusiones hay que situarlas en el contexto de una cultura patriarcal basada en la agnatio (descendencia trazada a través de los varones): en esta cultura, lo único que se afirma cuando se dice que dos personas son “hermanos” es que tienen el mismo padre. La Iglesia católica siempre ha entendido que estos pasajes no se refieren a otros hijos de la Virgen María» (53). Así podemos comprobarlo en lo que el Catecismo dice de la siempre virgen María (499-501).
Según Pagola, María se mantiene distanciada de Jesús durante su ministerio evangelizador. «Llama la atención ver que ninguno de los familiares de Jesús fue seguidor suyo. Solamente después de su muerte, su madre y sus hermanos se unieron a los discípulos (Hch 1,14)» (279). Más aún, él estima que María pensó que su hijo Jesús estaba loco, y que lo más conveniente era hacerle abandonar su ministerio público, y volverse a casa.
Acerca de aquella escena que narra Marcos 3,20-21.31-35, escribe: «de pronto avisan a Jesús de que han llegado su madre y sus hermanos con la intención de llevárselo, pues piensan que está loco. Se quedan “fuera”, tal vez para no mezclarse con ese grupo extraño que rodea a su pariente». Y añade en nota: «El episodio ha sido retocado en la comunidad cristiana, pero conserva sustancialmente su núcleo histórico. Después de Pascua, ningún cristiano se hubiera atrevido a inventar que Jesús había sido tenido por loco por su propia madre» (226). Pero Pagola, al parecer, se queda con la apreciación primitiva del episodio, la todavía «no rotocada por la comunidad cristiana», pues sigue diciendo más adelante: «En un determinado momento, su madre y sus hermanos vinieron para llevárselo a casa, pues pensaban que estaba loco» (282).
El Vaticano II afirma, por el contrario, que «la unión de la Madre con el Hijo en la obra de la salvación» se manifiesta continuamente (LG 57). Y desde el nacimiento, hasta la Cruz y Pentecostés, pasando por Caná, el Concilio va contemplando esa unión profunda en los diversos misterios de la vida del Salvador (55-59).
Jesús, discípulo del Bautista. En su aproximación histórica, no alcanza Pagola a discernir en Jesús la divinidad que confiesa la fe católica. Para Pagola Jesús es un hombre, muy perfectamente unido a Dios por el amor y la fidelidad, pero un hombre. El título del capítulo 3 es bien expresivo: «Buscador de Dios».
«Jesús vivió un período de búsqueda antes de encontrarse con el Bautista» (63). «Todo lleva a pensar que busca a Dios como “fuerza de salvación” para su pueblo… Jesús no tiene todavía un proyecto propio cuando se encuentra con el Bautista. Inmediatamente queda seducido por este profeta del desierto… Es sin duda, el hombre que marcará como nadie la trayectoria de Jesús» (64). En ese encuentro del Jordán se producirá «la “conversión” de Jesús… Para Jesús es un momento decisivo, pues significa un giro total en su vida» (73-74). «Jesús quiere concretar su “conversión”, y lo hace tomando una primera determinación: en adelante se dedicará a colaborar con el Bautista en su servicio al pueblo» (75).
Pero si nada cierto sabe Pagola acerca de Jesús antes de su bautismo, ¿cómo puede afirmar que Él experimentó «un giro total en su vida» al encontrarse con Juan? ¿Conoce, acaso, Pagola qué pensaba y qué quería Jesús antes de ese encuentro?… Sería bueno que nos comunicara las fuentes históricas que le permiten darnos esa información. Tampoco alcanzamos a saber cómo Pagola, en su «aproximación histórica» a Jesús, llega a conocer que se hizo discípulo de Juan el Bautista. No podemos menos de sospechar que ambas afirmaciones son «creaciones» ideológicas suyas, sin base histórica alguna:
«Jesús no solo acogió el proyecto de Juan, sino que se adhirió a este grupo de discípulos y colaboradores» (76). «Jesús comenzó a verlo todo desde un horizonte nuevo» (78). Vuelto a Nazaret, sorprende a todos su cambio. «Aquel Jesús no era el que habían conocido» (279).
Benedicto XVI, en su Jesús de Nazaret, advierte que «una amplia corriente de la teología liberal» afirma este cambio profundo y brusco de Jesús en el Jordán. Y añade: «pero nada de esto se encuentra en los textos. Por mucha erudición con que se quiera presentar esta tesis, corresponde más al género de las novelas sobre Jesús que a la verdadera interpretación de los textos» (46-47).
La divinidad de Jesús. Pagola rehuye sistemáticamente aquellos textos del Nuevo Testamento que más claramente expresan la divinidad de Jesús. No le interesa saber que Jesús se dice «anterior a Abraham», «Señor del sábado», capaz de «perdonar los pecados» y de alimentar a los hombres como «pan vivo bajado del cielo». No recoge la palabra de Cristo cuando dice que Él es «venido del Padre», y que el Padre y Él son «una sola cosa». Podemos apreciar justamente el rigor metodológico de Pagola si consideramos, por ejemplo, cómo se autoriza a ignorar los anuncios que Jesús hizo de su pasión.
Él mismo advierte en el Anexo 4 de su libro que entre los varios criterios de historicidad tienen especial fuerza el «criterio de testimonio múltiple» y el «criterio de dificultad». Pues bien, en los tres anuncios que hace Cristo de su pasión, primero (Mc 8,31-33; Mt 16,21-23; Lc 9,22), segundo (Mc 9,30-32; Mt 17,22-23; Lc 9,43-45) y tercero (Mc 10,32-34; Mt 20,17-19; 18,31-34), se da el criterio histórico del testimonio múltiple y coincidente. Pero además, en segundo lugar, se da también el criterio de dificultad, ya que es impensable que los evangelistas, conociendo la suma veneración que los cristianos primeros tenían por los Apóstoles, se atrevieran a inventar unos relatos, no acontecidos, que los dejan en una posición tan lamentable: ellos «no entendieron nada de lo que Él decía, y no se atrevían a preguntarle». Y Simón Pedro, el más prestigioso, recibe de Cristo estas palabras durísimas: «¡apártate de mí, Satanás! Tú piensas según los hombres, no según Dios».
Estas escenas, pues, tienen una garantía absoluta de historicidad. Pero Pagola no lo estima así, y en su aproximación histórica a Jesús ignora por completo esos tres anuncios de la pasión. Sencillamente, no encajan en su ideología sobre Jesús, pues si mostrase que Él pre-conocía su muerte y que la anunciaba a sus discípulos con toda seguridad, haría con eso demasiado manifiesta la realidad de su personalidad divina. Consiguientemente, esos textos no son históricamente válidos. Los omite, pues, tranquilamente, para poder darnos en cambio una descripción muy diversa del estado de ánimo de Jesús ante la proximidad de su muerte, como en seguida veremos.
Omite Pagola igualmente, como ya sabemos, todos los más altos textos del Nuevo Testamento sobre la majestad divina de Cristo. Ignora, por ejemplo, el prólogo de San Juan: «el Verbo era Dios, Él estaba desde el principio en Dios, y sin Él no se hizo nada de cuanto ha sido hecho. Hemos visto la gloria del Unigénito del Padre. Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, ése nos lo ha dado a conocer». El rigor científico de su estudio histórico sobre Jesús no le permite tampoco conocer y reconocer los grandiosos himnos cristológico-litúrgicos de San Pablo, de mediados del siglo I, como los de Filipenses, Colosenses, Efesios; o el comienzo sobrecogedor de la carta a los Hebreos.
Jesús es «Buscador de Dios» (cp. 3), es «Creyente fiel» (cp. 11). Habla Pagola muchas veces de Jesús como de un creyente fiel, pues «también él tiene que vivir de la fe» (456). Sin embargo, por mucho que investiguemos en las fuentes históricas sobre Jesús no hallamos nunca texto alguno en el que se afirme que Jesús «creía» en Dios. Hallaremos, por el contrario, afirmaciones de que Jesús ve al Padre y da testimonio de lo que ve (Jn 1,18; 3,11; 6,46). Más aún, encontraremos que Cristo exige fe en su propia persona: «creéis en Dios, creed también en mí» (Jn 14,1). Él se aplica incluso las palabras que Dios dice de sí mismo: «Yo soy» (Jn 8,24.28.58), y llega a afirmar: «si no creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados» (Jn 10,33). Por eso los judíos, que no eran tontos, entendían bien en qué sentido hablaba de sí mismo Jesús, y por eso pretendían matarlo: «tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios» (Jn 10,33).
Pagola, hablando de Jesús, del «creyente fiel», alude con mucha frecuencia a «su profunda experiencia de Dios» (473). Y como advierte al tratar de la condena a muerte del Señor, «en ningún momento manifiesta pretensión alguna de ser Dios» (379).
En la edición 9ª, retira Pagola esa frase, pero deja escrito que «Jesús nunca se pronunció abiertamente sobre su persona» (391). Y sigue afirmando que «aunque, según el relato, Jesús es condenado por “blasfemo” al haberse proclamado Mesías, Hijo de Dios e Hijo del hombre, la composición de estos tres grandes títulos cristológicos que constituían el núcleo de la fe en Jesús, expresada en el lenguaje cristiano de los años sesenta, nos está indicando que estamos ante una escena que difícilmente puede ser histórica. Jesús no es condenado por nada de esto» (391).
Ateniéndonos a Pagola, tendremos, pues, que dejar a un lado los intentos homicidas de los judíos contra Cristo, porque «decía a Dios su Padre, haciéndose igual a Dios» (Jn 5,18). Y habremos de renunciar también a la historicidad de aquellas terribles frases: «Ha blasfemado. Vosotros habéis oído su blasfemia. Y ellos dijeron: es reo de muerte» (Mt 26,65-66). En fin, el libro de Pagola tiene 542 páginas; y es cierto que en algunas pocas dice que «Jesús es la encarnación de Dios», el «hombre en el que Dios se ha encarnado» (7). También afirma que
«Para los cristianos, Jesús no es un “dios griego”. Proclamarlo “Hijo de Dios” no es una apoteosis como la que se cultiva en torno a la figura del emperador. Es intuir y confesar el misterio de Dios encarnado en este hombre entregado a la muerte solo por amor. Jesús es verdadero hombre; en él ha aparecido lo que es realmente ser humano: solidario, compasivo, liberador, servidor de los últimos, buscador del reino de Dios y su justicia… Es verdadero Dios; en él se hace presente el verdadero Dios, el Dios de las víctimas y los crucificados, el Dios Amor, el Dios que solo busca la vida y la dicha plena para todos sus hijos e hijas, empezando siempre por los crucificados» (460).
Sin embargo, son tantas las páginas en las que omite o niega Pagola los fundamentos bíblicos histórico-textuales en los que se apoya la enseñanza de la Iglesia sobre la divinidad de Jesucristo, que esas pocas frases no logran hacernos creer que su presentación de Jesús sea conforme con la genuina fe católica. El Jesús que muestra Pagola en su extenso libro, el «discípulo del Bautista», «buscador de Dios», «creyente fiel», el hombre que tiene «profunda experiencia de Dios», y en el que está presente Dios de modo muy especial, podría ser aceptado sin dificultades mayores por los arrianos (s. IV), por los nestorianos (s. V) o por los adopcionistas (s. IX).
Pero debe ser rechazado totalmente por los católicos, que confesamos a Jesús, proclamándolo «un solo Señor Jesucristo, nacido del Padre antes de todos los siglos, por quien todo fue hecho, que por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre».
José María Iraburu, sacerdote
Índice de Reforma o apostasía
46 comentarios
Pero en realidad, como han señalado algunos autores, se ha producido en los Evangelios una inversión radical del concepto del "midrash", hablaríamosd de un "midrash cristiano": no es que el Evangelista busque en el pasado de Israel categorías para configurar un relato sosprendente, sino que son más bien los hechos reales acontecidos los que han movido al Evangelista a buscar en el pasado de Israel la explicación de esos hechos. No el que el pasado construya el presente, más bien el presente -un presente misterioso y también luminoso- es explicado a través de categorías del pasado. Ahí convergen mezclados -en un nudo que aún debe ser desatado- elementos históricos y explicaciones teológicas. Pero hay que desatar un nudo, no destruir una de sus partes.
Por eso, lo que no se puede hacer es renunciar a descifrar la verdad histórica que hay tras esos relatos -como hace Pagola de manera brusca-. Es una postura fácil, cómoda, no fundamentalista -el peor insulto hoy día-. Es, como bien dice Vd. Padre Iraburu, "eliminar el fundamento histórico-bíblico del centro de la fe cristiana: creo en Jesucristo, el Unigénito de Dios, que «nació por obra del Espíritu Santo de María virgen».
Pagola es diseccionado y desenmascarado según la santa Doctrina, la Tradición, los Santos Padres, los Concilios, el Catecismo y los evangelios cristianos.
Pagola, queda claramente como un arriano ahistórico, indocumentadp y plenamente impostor. Su libro se revela como pura basura pseudohistórica mentirosa e intranscendente.
Felicidades Blogger. Un diez. Es usted un Maestro en Teología y en Sagrada Escritura. Espero con ansiedad su tercera engrega.
Beso respetuosamente su santa mano.
–Con el libro de Pagola le va a ser muy difícil. Permítame que le recomiende el Catecismo de la Iglesia Católica."
¡Buenísimo!
- Como investigador con técnicas históricas: pésimo y tendente a la invención con una imaginación desbocada.
- Como teólogo: pésimo e ignorante de la doctrina católica más básica.
¿De dónde procede entonces su popularidad? De su calidad de ideólogo: defiende una ideología muy popular hoy, haciéndola pasar por investigación histórica y por doctrina católica, en ambos casos de forma totalmente injustificada.
¿Estos teologos son realmente sabios, Señor? ¿Qué haré ante su verborrea, si soy viejo y sin instrucción? Señor, háblame, que yo sólo quiero hacer tu voluntad
S. Pablo:
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el docto? ¿Dónde el intelectual que se ciñe a simples criterios humanos? ¿Acaso no entonteció Dios la sabiduría del mundo? (1Cor 1, 20-21)
Un anciano de una parroquia rural:
Cierto, Pablo, pero hoy los entontecidos ocupan muchas cátedras de la Iglesia
S. Pablo:
Combate..conservando la fe y la conciencia recta; algunos por haberla rechazado, naufragaron en la fe, entre éstos están Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendiesen a no blasfemar (1Tm 1, 19-20)
Un anciano de una parroquia rural:
Pero ¿qué podemos hacer nosotros contra tantos falsos doctores?
S.Pablo:
Vela por ti mismo y por las enseñanzas, pues obrando así, te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen (Tm 4,16). Si alguna otra cosa y no se atiene a las sanas palabras de nuestro señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad, está cegado por el orgullo y no sabe nada (1Tm 6,3-4)
Un anciano de una parroquia rural:
Pero estos falsos doctores son muchos, ocupan responsabilidades pastorales, escriben libros, tienen mucha influencia…,por lo que no me extraña que de tanto oírles se hayan vacíado los templos, hay disminuido la adoración al Santísimo Sacramento,la devoción a nuestra Madre…Nos roban la Fe; a nosotros y a nuestros hijos y nietos
S.Pablo:
Hay muchos rebeldes, vanos embaucadores.. a quien es menester tapar la boca, porque son hombres que trastornan familias enteras. Enseñando por torpe ganancia lo que deben.. Recomiéndales que no den oídos a fábulas ( QUE NO LEAN SEMEJANTES AUTORES, AÑADIRÍA YO) ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad (Tito 1, 10-14)
Un anciano de una parroquia rural:
¿Acaso no van a ser castigados por el extravío de tantos fieles?
S. Pedro :
Muchos seguirán su libertinaje y por su culpa será difamado el camino de la verdad. Traficarán con vosotros por codicia, con palabras artificiosas; pero ya hace tiempo que su condenación no está ociosa, ni su perdición dormida (2 Pedro 2-4
Un anciano de una parroquia rural:
Pero también he oído a algunos sacerdotes e incluso hasta algún obispo ,doctrinas estridentes y malvadas ¿Qué he de hacer ante ellos?
S. Juan:
Todo el que se excede y no permanece en la doctrina de Cristo, no posee a Dios. En cambio el que permanece en la doctrina, posee al Padre y al Hijo. Si alguno va a visitaros y no os lleva esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni lo saludéis, pues el que lo saluda se hace cómplice se sus malas obras (2 Jn 1, 9-10)
Un anciano de una parroquia rural:
¿Por qué no le pides al Señor que te envié de nuevo para arreglar este enorme desaguisado?
S. Juan:
He escrito alguna cosa a la comunidad, pero Diótrefes , ese que ambiciona el primer puesto entre ellos, no quiere recibirnos. Por eso, cuando vaya, le recordaré las cosas que está haciendo, cómo nos critica con palabras llenas de malicia (3 Jn 1,10)
S. Judas:
Igualmente éstos (herejes), a pesar de todo, alucinados en sus delirios, contaminan su cuerpo, desprecian el Señorío e injurian a las Glorias… Estos que banquetean desvergonzadamente en vuestros ágapes y se apacientan a sí mismos son una mancha, son nubes sin agua zarandeadas por el viento, otoño sin fruto arrancados de raíz y doblemente muertos (Jd 1, 12-13
Un anciano de una parroquia rural:
¿Hasta cuánto tenemos que aguantar a estos soberbios quintacolumnistas?
S. Juan:
Un ángel poderoso alzó entonces una piedra, como una gran rueda de molino y la arrojó al mar, diciendo: Así, de golpe será arrojada Babilonia, ….y ya no volverá a parecer ( AP 18, 21-22)
Gracias.
SIgo sin entender cómo a ciertas personas se las puede denominar teólogos y menos, teólogos católicos.
De algunas cosas, saben más muchos niños de catequesis que ciertos teólogos.
El evangelista lo investigó todo con exactitud desde los orígenes. Más claro no se puede ser. Los que nieguen cualquier aspecto de la narración de estos evangelios sabrán lo que hacen y por qué. Pero las palabras del evangelista con cristalinas.
Si se tiene por objetivo descalificar el mensaje que se muestra, porque si uno se dedica a tirarle piedras al mensajero, sin mal argumentos, mal vamos.
Saludos y disculpen mi intromisión.
Ese deseo de hundir al enemigo, según os referís a él, viene también en el Catecismo?, YO CREO QUE NO.
Muy interesante psicológicamente la referencia a sacerdotes, laicos comprometidos y MONJITAS...
Pero todo ésto no quedará siempre oculto. Espero llevarme alguna sorpresa.
Perdonad que discrepe.
Huy! no sé cual de las dos palabras será de más dificil comprensión.
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JMI.- De acuerdo. Me voy a pasear.
No se quien sea usted, pero por su comentario, lo único que se me ocurre es pedirle a Dios por usted y dedirle "PADRE, PERDONALO PORQUE NO SABE LO QUE COMENTA Y PARECE QUE NI PIENSA"...
Padre Iraburu:
Yo sé que usted no necesita esto, pero dejéme dicirle que a estas pobres personas hay que decirles la VERDAD...
Con estos insultos no logra descalificar al P. Uraburu, si no a Ud. mismo.
Ciñase a exponer su opinión con argumentos y omita ataques personales.
No es obligado que todos los que intervengan sean cristianos y catolicos pero si que tengan buena eduación.
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JMI.- Entendido. Una cosa es la historia y otra la fe.
(Ya ven Uds. lo que piensan los discípulos de Pagola).
Salud
En estos tiempos estamos sufriendo los ataques, con mucho dolor, por alejarnos del Salvador de todos los tiempos, para lo cual es necesario entrega y humildad.
Cuando somos agradecidos de la Gracia recibida, el Espíritu Santo viene a nuestro auxilio, para aclarar las Escrituras, no a desmenuzar el contenido.
Hay dos clases de teólogos, el que razona para creer, y el que cree para razonar.
El primero, se súper pone al plan de Dios, con criterios de hombres, confunde y desparrama.
El segundo, da lugar a la Sabiduría que viene de lo Alto, aclara y junta.
Con respecto a los hermanos de Jesús, viene a mí entender que, se consideraban hermanos los que pertenecían a una misma tribu, lectura que aprovecha el Maestro para universalizar a la madre y los hermanos, cuando respondió: mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra. (Lc. 8,20).
¡Ay! de los que con intención, no entran ni dejan entrar al Reino de Dios.
No se como convertirá el mal cometido, en un bien para la Iglesia, estoy convencida que puede hacerlo.
Opera Señor, la oración que esta al alcance de todos, será nuestro calmante.
Un abrazo fraterno, para todos.
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Coincido totalmente con Bruno. Y para demostración, léanse los comentarios contra el P. Iraburu en este artículo. La fórmula común a todos ellos es: Cero argumentos + Mucho desprecio. O sea, ideología pura y dura.
¿A qué grupo de fascistas da misa el P. Iraburu? ¿Es cierto que está relacionado con la ultraderecha más tramontana?
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JMI.- Eso de que "doy misas" a un grupo de fascistas es un dato interesante. Únicamente tiene un fallo, y es que es totalmente falso.
1º.- Como se enfadan y pierden los modales y las formas, los partidarios errados del arriano pagolizado
Pagola.
2º.- En cuestiones metodológicas en el libro recién mal reparado de Pagola, sigue habiendo en cuestiones metodológicas una clara ruptura entre fe e investigación histórica. Pura subjetividad del tal Pagola.
3º.- Una muy clara desconfianza en la historicidad de los Evangelios, cuando la crítica exegética y teológica mundial más exigente los considera plenamente documentos históricos.
4º.- Se hace una aproximación a la historia desde presupuestos ideológicos y según la men talidad actual del siglo XXI, lo que no resulta nada correcto.
5º.- En cuestiones doctrinales, Jesús de Nazaret es un simple profeta y NO el hijo de Dios. Para Pagola en ningún momento de su dañina obra, Jesús demuestra con su vida, obras y milagros, ser PARA NADA DIOS.
Para el Autor, que Jesús sea Hijo de Dios, es una afirmación carácter informal y puramente confesional que no tiene para nada su origen en el Jesús de la historia. Lo que nos cuentan los evangelistas bajo la inefable acción y revelación del Espíritu Santo, es falso y no debe ser creído. Para Pagola la muerte de Jesús, NO TIENE VALOR REDENTOR ALGUNO.
6º.- En esta misma línea, la última cena se presenta solamente como una solemne cena de despedida entre amigos y camaradas,
con gestos simbólicos, cuya finalidad es que sus seguidores le recuerden en el futuro. De Institución de la Sagrada Eucaristía NADA DE NADA.
La concepción reduccionista de la obra redentora de Jesucristo se descubre también en
el silencio sobre la realidad del pecado.Jesús habría practicado un “perdón-acogida”,
pero no un “perdón-absolución”. y LOS PECADOS QUEDAN SIN PERDONAR.
7º.- Y para colofón del esperpento y de la herejia pagólica la RESURRECIÓN DEL CRISTO, ocurre solamente en el corazón de sus discípulos, PERO NO ES EN ABSOLUTO ALGO REAL.
CONCLUSIÓN.
Es un libro descarriado, falso y dañino, Teniendo en cuenta lo que llevo escrito, se puede afirmar que el Autor sugiere claramente que
algunas propuestas fundamentales de la doctrina católica son equivocadas y falsas y carecen de
fundamento histórico en Jesús. Este modo de proceder es dañino, arbitrario y adoctrinal, pues acaba
deslegitimando la enseñanza de la Iglesia al carecer –según el Autor- de enraizamiento real
en Jesús y en la historia.
Un libro para olvidar y que debe ser claramente desterradoy apartado por herético de la santa Iglesia
Cordiales salujdos.
Todas estas chorradas ya las vengo yo leyendo desde hace años en Küng, que por lo menos es un tío bastante más listo.
El otro día me recomendaron un libro, sobre el cual creía haber escuchado algo de que contenía errores. Luego por la noche, me puse a buscar y comprobé que ciertamente contenía, al menos uno.
Este libro se titula: "Esta es nuestra fe. Teología para universitarios", y el autor es Luis Conzález-Carvajal.
Lo peor de todo es que estoy comprobando que es un libro que parece ser bastante popular (si usted sabe si esto es verdad me gustaría que me lo verificara), y la persona que me lo recomendó es un catequista de confirmación, que actualmente dirige un grupo de jóvenes.
¿Sabría usted si hay algún escrito hablando de si este libro contiene más errores?
Un abrazo en Cristo y María.
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JMI.- No sé decirle.
"esas pocas frases no logran hacernos creer que su presentación de Jesús sea conforme con la genuina fe católica".
Yo creo que en general la Iglesia Católica siempre ha sido muy prudente a la hora de pronunciarse sobre quién tiene o quién no tiene auténtica fe católica entre sus fieles, y creo que esa prudencia es mucho más sabia que ciertos pronunciamientos llenos de suspicacias y "a prioris" ideológicos.
Por este motivo esta vez, y contra mi costumbre, no puedo felicitar al padre Iraburu por este comentario, quizás en el próximo habrá más suerte.
Hasta la próxima.
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JMI.- Cuando un teólogo piensa en conciencia que la doctrina de otro teólogo es falsa, en conciencia debe decirlo. Y debe decirlo públicamente si ese presunto error se ha publicado y difundido ampliamente. Así han hecho en la historia de la Iglesia todos los teólogos santos, y los menos santos. En ese sentido mis escritos son perfectamente "normales". Lo anormal es que hoy son tantísimos los errores difundidos y tan poquísimos los teólogos ortodoxos que los combaten públicamente: hoy no es académicamente correcto.
Evidentemente, mis apreciaciones valen solo en lo que valgan los argumentos que empleo, y no tienen, ni nunca pretenden tener, la fuerza de la Autoridad apostólica cuando ésta se pronuncia. En el caso de Pagola, por otra parte, la Nota publicada por la Comisión Doctrinal de la Fe, de la CEE, con la aprobación de la Comisión Permanente, tiene autoridad apostólica y en ella se reprueba enérgicamente un buen número de enseñanzas de Pagola.
"la CEE, con la aprobación de la Comisión Permanente, tiene autoridad apostólica".
No soy experto en cuestiones de derecho canónico, pero yo creía que en la Iglesia Católica la autoridad apostólica sobre verdades de fe la tenía la congregación para la doctrina de la fe. Además no creo que se molesten mucho en pronunciarse sobre un libro que lleva por título "Jesús. Aproximación histórica".
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JMI.- Cuando la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, con la aprobación de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, emite una Nota en la que reprueba con fuerza temas fundamentales del libro JESÚS, de Pagola (que es lo mismo que yo, a un nivel mucho más modesto, estoy haciendo) no se excede en modo alguno de sus funciones propias, sino que las cumple. Le sugiero lea la Nota citada, a la que remito en un enlace de mi post (76).
Por lo demás, puedo asegurarle con certeza que en la Comisión de la Fe romana "se están molestando" en analizar el libro de Pagola, cuando en "edición renovada", obtuvo el "nihil obstat" de Mons. Uriarte.
Parece ud, un perfecto ignorante y antes de comentar algo , debe y por un mínimo de decoro intelectual, informarse convenientemente sobre el tema en el que da su libre opinión.
Si no lo hace ud, puede quedar como un vulgar necio y majadero.
La CEE tiene desde 1966 y otorgada por la autoridad del Papa de Roma, una Comisión para la Doctrina de la FE, que vela por la ortodoxia católica en la Iglesia de España y por la sana doctrina que le corresponde, dirigir, tutelar y vigilar para una correcta salud de la Santa Iglesia.
Para el trienio 2008- 2011, sus componentes son:
Presidente: Cardenal Agustín García-Gasco Vicente, Arzobispo de Valencia.
Miembros:
Mons. D. Javier Martínez Fernández, Arzobispo de Granada.
Mons. D. Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Cartagena.
Mons. D. César Franco Martínez, Obispo Auxiliar de Madrid.
Mons. D. Jesús García Burillo, Obispo de Ávila.
Mons. D. Luis Quinteiro Fiuza, Obispo de Ourense.
Mons. D. Jesús Sanz Montes, Obispo de Huesca y Jaca.
Mons. D. Enrique Benavent Vidal, Obispo Auxiliar de Valencia.
Mons. D. Demetrio Fernández González, Obispo de Tarazona.
Mons. D. José Maria Yanguas Sanz, Obispo de Cuenca.
Mons. D. Alfonso Carrasco Rouco, Obispo de Lugo.
Y puedo decirle, que la NOTA que esta CEE y que puede leer en:
http://www.conferenciaepiscopal.es/doctrina/documentos/pagola.pdf
es teológicamente extraordinaria y no tiene desperdicio; pero lo que escribe en este Post el sederdote Rdo. P. Iraburu, es para mi, incluso algo superior y de insuperable calidad teológica y doctrinal.
Lo que dice el P. IRABURU, no se puede inmejorable.
Es perfecto teológica, ontológica y ónticamente, desde mi ortodoxo punto de vista.
Y demuestra a la perfección, que lo que ha escrito el sr. Pagola, es una pura y dañina basura.
(...........) Rezo por él, para que reconozca sus inmensos errores doctrinales y retire para siempre su dañino y pernicioso libro.
Un saludo cristiano. Lo cortés, no quita lo valiente.
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JMI.- Elimino (.....) algunas palabras impropias.
Por lo tanto, no veo cómo puede creer lo que manda la Iglesia, si afirma que los dogmas no tienen nada que ver con la historia.
Me parece que va a tener que ponerse de acuerdo con Ud. mismo.
Es lamentable la decadencia en que anda el sentido común entre los católicos que se pretenden ilustrados. Pura soberbia, necedad y vanidad.
Gracias, querido pater, por su claridad meridiana.
Gracias por la aclaración DEFINITIVA sobre P.
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JMI.- Bueno, en lo de la misa, la verdad es que una vez me llamaron de un grupo de laicos a dar una conferencia con misa, y como podía, fuí. Luego me dijeron que ese grupo tenía alguna afinidad con la Falange. No sé si el dato sería cierto, ni me preocupé de averiguarlo. Ahí quedó todo mi historial de "cura fascista". El término lo inventó Juan Manual Vidal, y la verdad es que, al carecer de fundamento, no ha logrado éxito alguno.
Por otro lado, aprovechando el hilo del post y dado que fue sugerencia del Blogger en un post anterior (sobre arrianismo, creo recordar), agradezco públicamente, y recomiendo también, el libro "Señor y Cristo" de A. Sayés. He ampliado mis estanterías con algunas obras de este autor que pretendo ir degustando en la medida que las responsabilidades laborales lo permitan.
Muchas gracias.
Primero: Los documentos más antiguos del Nuevo Testamento, las cartas del apóstol Pablo, y el Evangelio más antiguo, el de Marcos, nada saben de un nacimiento de virgen.
Segundo: Las historias navideñas contienen mayormente elementos ficticios, que nada tienen que ver con lo realmente ocurrido. De modo que no hubo un empadronamiento imperial bajo César Augusto ni una matanza de niños en Belén. Los ángeles provienen de la mitología primitiva y los pastores en el campo, al igual que los magos de Oriente, son personajes ideales. La narración sobre la estrella de Belén es una ficción. Además Jesús no nació en Belén sino en Nazaret.
Tercero: Jesús tuvo un padre terrenal, humano. El nacimiento de virgen es una interpretación, quiere recalcar la divinidad de la persona de Jesús, colocándole a la misma altura que a otros hijos de dioses de la antigüedad, que también supuestamente nacieron de madres vírgenes. El evangelista Mateo se apoya, para decir que Jesús habría nacido de una virgen, en la traducción griega del libro de Isaías, donde en el cap. 7 v. 14 se dice: “Ved la virgen quedará preñada y parirá un hijo”. Isaías estaba pensando en un suceso ocurrente en su tiempo, en el siglo VIII antes de Cristo. Además en el original hebreo se dice “mujer joven”, no “virgen”.
La investigación crítico-histórica sobre el nacimiento de virgen y sobre la historia navideña no sólo destruye el punto de apoyo bíblico de los dogmas eclesiales de María sino también los dogmas mismos. Y es que si Jesús no nació de una virgen cae por tierra toda la mariología católico-romana, incluida la concepción inmaculada. Es pura fantasmada. Su uso de la Biblia también en lo que respecta al nacimiento de virgen es penoso y no tiene nada que ver con el racionamiento y comprensión critico-histórico. A la joven madre judía, María, nada le hubiera sorprendido y malhumorado más que lo que posteriormente le imputarían las Iglesias cristianas.Suerte
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JMI.- El Señor le dé la fe y le haga pasar de la oscuridad a la luz.
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JMI.-Pagola nos da una visión de Jesús a su gusto y criterio, sin base en los textos del Nuevo Testamento: Evangelio y testimonios de los Apóstoles, cartas, Apocalipsis. Nos asegura, "fundamentándose" en el método histórico (!), que nunca Jesús pensó en fundar una Iglesia, que no formó un grupo de discípulos con especial autoridad sobre los demás (los Apóstoles) y otras lindezas que no sólamente no tienen base alguna en la Escritura, sino que son inconciliables con la fe de la Iglesia. Se funda, pues, en sí mismo.
"Muchos cristianos, desde el inicio de la Iglesia hasta el día de hoy, apelan a Jesús únicamente para atribuirle y poner en su boca y vida los deseos de cada cual. Esta constatación sorprendente afecta no sólo a los intérpretes de Jesús de los últimos años sino también a los autores de los escritos bíblicos. Y si la mayor parte de los hechos y palabras de Jesús en el Nuevo Testamento fueron puestos en boca de Jesús o atribuídos a él con posterioridad, es hora de exponer de la forma más comprensible sus palabras y hechos falsos más importantes y, al mismo tiempo, presentar una serie de lo poco auténtico conservado de Jesús con lo que se está de acuerdo. Este libro cumple este objetivo, al tiempo que sirve de resumen sencillo y anuncio de una gran obra sobre Jesús, que contiene análisis sobre la veracidad o falsedad de todas las palabras y hechos transmitidos por Jesús en cada uno de los versículos de los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento y del antiguo Evangelio de Tomás, encontrado recientemente. Obra que ha publicado la editorial alemana "zu Klampen" con el título "Jesus nach 2000 Jahren. Was er wirklich sagte und tat" (Jesús, 2000 años después. Lo que él realmente dijo e hizo).
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JMI.-Los católicos afirmamos en la Iglesia "sin dudar la historicidad" de los cuatro Evangelios (Vaticano II, Dei Verbum 19). Pero ya sabemos que en ciertas comunidades protestantes, desde hace un par de siglos sobre todo, esa historicidad se niega en grados mayores o menores.
Eso es lo que hay.
El autor de este blog, como ya Ud. sabe, es católico. Cree y difunde las convicciones de fe de la Iglesia Católica, Cuerpo único, Esposa única de Cristo.
Pero muchos de esos hechos los creemos por el don de la fe que nos da El Espiritu Santo pero no podemos comprobarlos por ningun metodo historico y no habia fotografias o grabaciones.
SIMPLEMENTE RECOPILA LOS DATOS QUE PUEDEN RECIBIRSE POR LA HISTORIA (Y con auxilios del Espiritu Santo) concluye de la Bondad infinita de la naturaleza humana de Jesus que es Persona Divina, dos naturalezas: humana y Divina, Sus Palabras Divinas y TODO TODITICO lo que dicen los EVANGELIOS ES HISTORICO CIEN POR CIENTO
Y Juan.
He intuido un gran amor y devoción por la figura de Jesús.
Me han ayudado a volver a la Iglesia después de 50 años.
No he tenido, ni por un momento, la impresión de que Pagola no crea en la divinidad de Cristo.
Quien no creía en ella era yo.
Marili
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JMI.-Dios es tan bueno que hace concurrir todas las cosas para el bien de lo que aman a Dios (hasta los grandes errores).
Si conociera Ud. un poco más la doctrina de la Iglesia, se daría cuenta de que en muchos temas Pagola enseña contra ella, Madre y Maestra.
Me ha ayudado a reconocer a Jesús en mi vida y a sentirme parte de su proyecto.
En mis 40 años de vida ésto no lo ha conseguido la iglesia convencional y sus planteamientos, lo que es una pena, de verdad.
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